Amen, así, sin acento, sin una tilde


Amen, así, sin acento, sin una tilde,
Con la pureza que el espíritu conlleva,
Sin el protocolo de censurar lo que somos,
Derramándonos sin consumirnos sobre el otro.

Al corazón lo extiende cada gota de ese amar,

Desterrando miedos, absorbiendo dichas.
Amen, resbalándose con destino a compañías,
En las sombrías noches, en los sudurosos días.

Aventúrate a entibiar la sangre de las venas,
A que tus labios sean el estrecho de sonrisas,
A desempolvar las rinconeras de tu alma, 
A que el amor te lleve a su más alta cima.

Amen, no solo en promesas, no sólo con el habla,
Sin las presiones de un acento en cada palabra.

Cambia noches por la noche, mares por el mar,
Tu vocabulario no será más un solitario andar.
Siente, sólo siente el incendio de mi lengua,
Cuando se saluda con el jadeo de tus grietas.

Rasgueo cada nota de la melodía de tu cuerpo,

Haciendo este amor más y más y más intenso.
Los sentimientos son bellas mujeres mudas,
No necesitan de gritos altos ni mucha bulla,
Se hacen ver con sutiles miradas al amanecer,

Exparsiendo alborotos y un fuerte enmudecer.
El amor es poesía, música, arte y mariposas,
La vida es el sol, el cielo, la lluvia y las rosas,
Amar es derretir amor sobre nuestras vidas,
Diciendo menos Amén y más Amen cada día.

Neltázar